Se espera que el jueves 29 -cuando se retomen las conversaciones entre todas las fuerzas políticas con representación en el Parlamento- sea el oficialismo quien entregue su propuesta para iniciar el debate constitucional.
“Bordes más claros”. Esa frase, del presidente Gabriel Boric, respecto a estructurar de mejor forma el nuevo proceso constituyente, abrió una serie de flancos entre los sectores políticos que han dilatado un eventual acuerdo constituyente. Es su interpretación la que complica. ¿Por qué? Porque Chile Vamos afirma que las palabras del mandatario se refieren a principios que quedarían establecidos antes de arrancar la elaboración de la propuesta; mientras que en el oficialismo estiman que los bordes son ejes ordenadores para tener un proceso más claro, sin entrar al texto.
El viernes 23, Chile Vamos presentó una propuesta que produjo ciertas desconfianzas en el oficialismo. “Gato por liebre”, dijo la diputada de RD Catalina Pérez. Una de las propuestas de la oposición es la elección de un comité político-técnico que fije un decálogo de temas que limiten el debate constitucional. Entre esos temas está el Estado unitario o la libre elección en previsión y salud, entre otros.
“Si estamos habilitando un proceso constituyente, es precisamente para que en el marco de ese nuevo órgano se pueda producir una discusión acerca de los temas, que algunos de ellos está proponiendo Chile Vamos. Una cosa son los límites y otra es ya entrar a redactar el fondo de la Constitución”, afirmó la presidenta del PS, Paulina Vodanovic. El presidente de la UDI, Javier Macaya, en tanto, expresó que esos principios no son inamovibles ni amarres.
Se espera que el jueves 29 -cuando se retomen las conversaciones entre todas las fuerzas políticas con representación en el Parlamento- sea el oficialismo quien entregue su propuesta para iniciar el debate constitucional. Una cosa es clara: también incluirá “bordes”, pero mucho más generales que los presentados por sus pares de Chile Vamos. El respeto de los tratados internacionales o Chile como república serían algunos de ellos, en línea con lo firmado en el Acuerdo por la Paz del 19 de noviembre de 2020. No mucho más allá de aquello.
En privado, en Apruebo Dignidad creen que no hay espacio para fijar temas que podrían generar debate en una eventual convención -que, dicho sea de paso, no se llamará así- pero sí es necesario, por ejemplo, incluir a expertos que puedan ir dando forma al proceso.
Con todo, existe un acuerdo mayoritario para que, sean cuales sean esos bordes, será un órgano de deliberación democrática el que redacte una nueva propuesta constitucional, sin listas de independientes.