“Estimadas y estimados convencionales, por haberse cumplido el objeto de esta última sesión, se levanta y se da por disuelta la Convención”, fueron las últimas palabras de la presidenta de la Convención Constitucional, Elisa Quinteros, quien encabezó la ceremonia oficial de entrega del borrador de la nueva Constitución al Presidente de la República, Gabriel Boric, que discurrió sin dificultades ni sorpresas de ningún tipo, en el Salón de Honor de la sede del Congreso en Santiago, después de un año de trabajo.
Como ya se sabía, al acto no llegó ninguno de los expresidentes y Boric sólo ingresó al Salón, cerca de las 11:15, cuando las autoridades de la Convención ya habían rubricado la propuesta de nueva Constitución.
La ceremonia, que comenzó a las 10:30 horas con un retraso de 30 minutos, se desarrolló en total normalidad, salvo por algunos intentos de protesta ante la interpretación del himno nacional, al principio y al final del acto, que estuvo a cargo de la Orquesta Juvenil y del pianista Valentín Trujillo, respectivamente.
El ingreso del Boric a la ceremonia –cerca de las 11:15 horas- dio pie a otro elemento relevante de la misma, que dice relación no sólo con estampar su firma en el texto propuesto; sino, más importante aún, convocar al plebiscito de salida en que la ciudadanía deberá refrendar o rechazar la nueva Constitución, por lo que a partir de esta jornada el gobierno convocó a plebiscito para el 04 de septiembre próximo oficialmente.
Guiño a la DC a días de la Junta
Pero lo más impresionante es que a sólo un par de días de que la Junta Nacional de la Democracia Cristiana, convocada para el 06 de julio, resuelva si optará por aprobar o rechazar la propuesta de nueva Constitución, el mandatario haya iniciado prácticamente su intervención aludiendo al expresidente Eduardo Frei Montalva: “Bien vale, en este momento, recordar al expresidente Eduardo Frei Montalva quien hace 42 años, el 27 de agosto de 1980, en los días oscuros de nuestro país, hacía, desde entonces, un llamado a una Asamblea Constituyente”, reflexionó el mandatario.
Más adelante el Presidente hizo hincapié en que pese a los contratiempos, al Convención haya logrado ponerse de acuerdo en un texto, señalando que “han concluido la misión que les encomendó el pueblo de Chile en octubre del 2020, ponerse de acuerdo en una propuesta de nueva Constitución que refleje los anhelos y esperanzas por una vida digna para todas y todos los habitantes de nuestro país”, dijo, enfatizando que lo hicieron aprobando el texto con un quórum de 2/3.
Boric aludió en varias ocasiones a que la tarea no fue fácil; sin embargo, también recordó que el porceso no ha terminado y que con la ceremonia sólo se inicia una nueva etapa, que “se trata, de leer, estudiar y debatir la propuesta constitucional que hoy entregan al país y, como Presidente de la República, tengo el deber de garantizar que cada uno de los ciudadanos de nuestro país podrá tomar una decisión libre y plenamente informada el próximo 04 de septiembre” e instó a no descalificar a quien piense distinto.
Y acercándose al final del discurso, el presidente Boric se hizo cargo, otra vez, de la preocupación que existe hace semanas en su sector y que ya ha permeado al Ejecutivo, respecto de asociar el resultado del referéndum de septiembre a una evaluación del gobierno.
“Esta Constitución, este proyecto de Constitución y el plebiscito que se desarrollará el 04 de septiembre, no es ni debe ser un juicio al gobierno, es el debate sobre el futuro y el destino de Chile para las próximas cuatro o cinco décadas. Por lo tanto, como Presidente de la República, los invito a todos y todas a que debatamos con esa altura de miras, pensando que, como hemos dicho antes, estamos construyendo sobre hombros de gigantes, que la historia no parte de cero y que lo que aquí se hace es para el encuentro de todos los chilenos y chilenas”, sentenció el mandatario.
“Escuchar para entender al otro”
Mucho antes que Boric, abrió la ceremonia el vicepresidente de la Convención, Gaspar Domínguez, quien, entre otras cosas, dijo que “este es uno de los procesos más asombrosos y transformadores que ha tenido Chile en su historia democrática”.
Visiblemente emocionado, el doctor de Palena agregó que este fue “un proceso que surgió de forma inesperada, como una luz en medio de la incertidumbre y la angustia. Quienes tenemos menos de 40 años creíamos que la democracia estaba dada, pero no fue sino hasta octubre de 2019, que yo entendí que la democracia hay que cuidarla, y cuidarla es difícil, requiere de un gran esfuerzo. Chile decidió encauzar la profunda crisis política a través de un proceso democrático, inédito, sin recetas”.
El vicepresidente del organismo que se disolvió concluida la ceremonia, discurrió acerca de que “somos una pieza de un sistema más grande. Nos necesitamos, dependemos unos de otros, y por eso esta nueva Constitución no podría sino acoger y resguardar a todas las personas con relaciones más solidarias y justas: un sistema de salud solidario, una educación de calidad que permita desarrollar libremente nuestra personalidad, una vivienda, una pensión, una protección en el trabajo que permitan a la sociedad cooperando en conjunto, avanzar a mejores condiciones de vida y del ejercicio de una igual libertad. Y como dice el Artículo 1 de esta propuesta: Chile es una República Solidaria”.
Y en términos coincidentes con el discurso del mandatario, Domínguez invitó no sólo a debatir para imponer una postura sobre otra, sino “a escuchar para entender al otro y encontrarnos. Les invito a esa gran conversación que nuestro país necesita” y también fue categórico en responsabilizar a “cada ciudadano” en buscar información verás para tomar la decisión de cara al plebiscito.
“Profunda satisfacción”
Acto seguido, la presidenta valoró que Chile, a través del proceso constituyente, haya sabido “dar una respuesta pacífica a urgentes demandas ciudadanas, lo que demuestra nuestra capacidad de colaborar y crecer en conjunto”, aseverando que el camino institucional por el que optó el país “se gestó bajo innegables e inéditas condiciones democráticas. Es decir, de representatividad política, social, cultural y de género. Así llegamos a amplios acuerdos, supra mayoritarios, redactando la primera Constitución paritaria del mundo”.
Y en medio del debate que generó la posibilidad de reformar la nueva Constitución, ya que la fórmula elegida por los convencionales tiene muchos detractores, Quinteros indicó que “se nos encomendó escribir este texto y hoy, con mucha humildad y satisfacción, lo ofrecemos cumpliendo todos los plazos establecidos. Sabemos que es perfectible, y esperamos sea el piso mínimo que contribuya a consolidar una sociedad con mayor equidad, fundada sobre fuertes bases éticas”.
Y cerró su intervención sosteniendo que “el resultado final de todo este esfuerzo nos deja una profunda satisfacción. Hoy se cierra este histórico ciclo de trabajo democrático. Y lo hacemos desde este salón de honor, testigo privilegiado de grandes hitos de nuestra historia republicana, para iniciar otro capítulo de la tradición democrática que nos enorgullece. Esta propuesta constitucional, que hoy entregamos, está llamada a convertirse en la base del país más justo con el que todas y todos soñamos. Una Constitución Justa para Chile”.